domingo, 26 de enero de 2014

Amor de tarde y noche, te extraño...


Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo de escribir y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras
para creerme que todavía estás junto a mí,
aunque sea en sueños, aunque sea en mi mente...

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
junto a un loco que me pide que lo haga pronto.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las siete.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme "¿Qué tal, estoy afuera?" y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.

Al final me despierto del sueño y
me toca regresar solo a casa...

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