Mi reina, aquí nos vimos decenas de veces y comimos muy rico. Nos besamos, nos abrazamos y nos compenetrábamos cada día más y más. NO podemos romper lo nuestro así no más...
Te acuerdas cuando comíamos en este quiosco y yo, imprudentemente, le preguntaba al señor sobre su negocio y las ganancias. Yo siempre con mi "periodismo de profundidad" jajaja!
Mira, un carro del mismo color y modelo que el tuyo justo en donde te parqueabas cuando comíamos en las afueras de la Salesiana. Son vida esas escenas para mí... te amo!!!
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